AUSENCIAS
************ IV TRATADO DE LA MELANCOLIA. INTRODUCCIÓN. No sé ni por qué escribo estas letras. Cuando la tristeza se arremolina en el pecho y se siente una presión dolida y firme, así me siento, con ganas de vomitar toda la tristeza, vomitar mis recuerdos, los sueños y amores, mis dolores... Las malditas angustias y mis miedos... mis muertos y sus cementerios. Ese sillón vacío me dice que escriba como Galeano: para juntar los pedazos, pero no quiero ser vitrina ni promotorio. No quiero que vean a este hombre llorar y cortarse, y hacer leña del árbol. Pero recalca: para sacarlo todo... escribe. Tirado en ese diván, pienso en ti, amigo Lorca. Las lunas, las guitarras y los puñales. Las damas y los olivos, los muertos y sus susurros. Esa Granada. Y sus muslos, sus gitanos y sus cantos. Oh, Federico... Amigo, dame verdes y sangre, que la tragedia del amor tocó a mi puerta. Y la venganza no fue considerada. Te haré caso, le dije al sillón aquel, cuya voz sentimental y firme me recordó