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Mostrando las entradas de diciembre, 2010

FIN DE AÑO

Todo año tiene un final, pero en la vida cada final es un nuevo comienzo

DIOS A REDIMIDO A SU PUEBLO

Lucas 1, 67-79 En aquel tiempo, Zacarias, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros padres y acordarse de su santa alianza. El Señor juró a nuestro padre Abraham concedernos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia delante de él, todos los días de nuestra vida. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados. Y por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en las tin

LA TREGUA DE NAVIDAD 1914

Algo sorprendente ocurrió en la Navidad de 1914, en plena I Guerra Mundial, cuando el llamado Espíritu Navideño se apodero de un sector del frente occidental, al sur de la ciudad belga de Ypres, en las líneas franco-germanas. Los hombres, enemigos hasta ese momento, salieron por un par de horas de sus encharcados refugios y confraternizaron en la Tierra de Nadie. La tregua de la Navidad de 1914 como se la conoce, realmente ocurrió y es parte de la I Guerra Mundial como lo es la batalla de Verdun o la Ofensiva del Somme. Durante un corto período de tiempo hubo paz en la Tierra de Nadie. Es quizás el último símbolo de caballerosidad antes del horror que los próximos tres años traerían. Arthur Conan Doyle se refirió a estos encuentros como "un espectáculo asombroso, un episodio humano en mitad de las atrocidades". Por eso es quizás la mejor historia de Navidad de todos los tiempos modernos. En un tiempo en que los soldados no ven la cara del enemigo, donde la carga de caballería

TIEMPOS...MOMENTOS...OCTAVOS

DE NUEVO FALLE Iniciamos con el recibimiento continuamos con el descubrimiento seguimos con la complicidad ¿Empezamos con el sueño? Iniciamos con el presupuesto continuamos con el seguimiento seguimos con las miradas las caricias... los besos... las cartas, las fotos, las noches los días continuos, las caminatas aquellas... ¿ Empezamos el amor? Iniciaron los viajes, los conflictos los silencios, las dudas, las condenas empezó la separación la desdicha la amargura de miel derramada... ¿Termino el sueño?... LLORAR Yo nací desnudo, sin miedo me dicen bandolero me dicen mentiroso me dicen engaño... No importa lo que me digas yo se lo que soy tu sabes lo que eres talentos tenemos desdichas promovemos amores sembramos algunos no fructiferaron pero si existieron... Voy a seguir con mi copa rota seguiré con los demonios un día se acabaran y se irán seguiré bailando en las sombras seguiré cantándole al amor y a la soledad, a la desdicha al placer encontrado y al placer perdido quedara en mi me

EN CAMINO HACIA CRISTO

Caminar significa dejar un punto de partida, unas seguridades, quizá el propio hogar o la propia patria. En ocasiones, caminar es la consecuencia de quien reacciona ante el mal que agobia, y busca refugio en otra casa, en otra ciudad, en otro estado. El cristiano vive en camino. Somos peregrinos, orientados a un encuentro definitivo, a un banquete en el que el Padre nos espera. Somos navegantes, que sienten la fuerza del mar y del viento, mientras anhelan la señal de un faro que indique la cercanía del puerto. Pero el camino exige un modo de vida austero, puro, justo, bueno. No basta traer algo de ropa y de pertrechos. No basta un mapa de ruta más o menos claro. Hace falta una actitud interna abierta, generosa, disponible. Con ella seremos capaces de superar voces de sirenas que nos tientan, que nos apartan de la meta, que nos aturden, que nos llevan incluso a la desconfianza. Dios no es un ser extraño o una amenaza para el hombre, sino el que da pleno sentido a nuestra existencia, el