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SAN JERONIMO

La figura de San Jerónimo es muy rica iconográficamente hablando, y ampliamente representada en todos los estilos del arte cristiano y técnicas y formatos posibles. Iconos, esculturas, relieves, pinturas, vidrieras, etc., ya sea solo, formando parte de una serie de Padres de la Iglesia, o alguna escena de su vida. De estas, principalmente se prefiere su estancia en la cueva de Belén, escribiendo en su estudio, o el episodio de la flagelación por los ángeles.

Sus atributos principales son:
El capelo y vestiduras cardenalicias, aunque no fue cardenal, ni mucho menos. Son los servicios que prestó al papa San Dámaso como secretario y puntualmente como dirimente de asuntos, lo que le han hecho aparecer en la iconografía como un cardenal, que, estrictamente, son colaboradores del papa en el gobierno de la Iglesia. Ocasionalmente aparece con el hábito de la Orden Jerónima, siempre en circulos relacionados con estos monasterios.

El libro (o los libros si es una escena interior, en su biblioteca) representa, en primer lugar, la Sagrada Escritura, y en todo caso, la sabiduría, la enseñanza y la predicación de la fe, como en la San Jerónimomayoría de los santos cuyo atributo es un libro. La piedra con la que aparece golpeándose el pecho en las escenas en las que se le representa como penitente. A estas escenas suele acompañar un crucifijo, y/o una calavera a los que el santo mira fijamente. La pintura y escultura del barroco bastante este tema iconográfico. La obra en cuestión recoge precisamente este momento de las penitencias de San Jerónimo, que abandona las dignidades (capelo y vestidura roja a un lado), viste una túnica áspera y con la mirada fija en Cristo, abre su túnica para comenzar a golpearse el pecho con la piedra que sostiene en la mano derecha. Otro atributo presente sobre todo en la pintura y los relieves, es la trompeta del Juicio Final tocada por un ángel o emergiendo de entre las nubes, visión que le acompaña frecuentemente.

San Jerónimo y el leónEl león, que le acompaña sí o sí. Es probable que en el origen solo se trate de una alegoría al desierto, la soledad, la valentía y carácter de Jerónimo, pero por lo menos desde la Edad Media, pasa a recordar una leyenda en la cual se cuenta que, estando el santo junto al río Jordán, vio venir hacia él un león cojenado, por tener una espina atravesada en una pata. San Jerónimo le calmo, extrajo la espina y le curó la pata. El león se quedó tan a gusto y agradecido, que nunca más le dejó, sino que le servía y al morir Jerónimo se dejó caer sobre su tumba. para morir de hambre. Pero esto es una leyenda que se lee, tal cual, en la leyenda de 
San Gerásimo (5 de marzo). El parecido entre los nombres creó la confusión.

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