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AÑO NUEVO

AÑO ROMANO ANTIGUO

En Roma, en tiempos de Rómulo el año constaba de 10 meses, cuatro de 31 días y seis de 30, en total 304 días. 

  El año comenzaba el 1 de marzo. Los meses eran: martius (31 días), aprilis (30), maius (31), junius (30), quintilis (31), sextilis (30), september (30), october (31), november (30) y december (30). Los cuatro primeros meses están dedicados a Marte, Apolo (Aperta), Júpiter (Maius) y Juno, respectivamente. Los demás se denominan según el ordinal correspondiente. 

  Este calendario era demasiado corto, por lo que se usó sólo hasta que Numa Pompilo (716-673 a.C.) añadió los meses de januarius, dedicado a Jano, al comienzo del año, y februarius, dedicado a Plutón (Februus) dios del infierno, al final del año. Además redujo el número de días de los meses para sumar un total de 355 días, con lo que adaptaba el calendario al ciclo lunar. 

  Los meses quedarían así: januarius (29 días), februarius (28), martius (31), aprilis (29), maius (31), junius (29), quintilis (31), sextilis (29), september (29), october (31), november (29) y december (29). No existen meses con un número de días par porque se consideraban de mal agüero, excepto febrero, y por esa misma razón el año tiene 355 días, en lugar de los 354 de ciclo lunar. En febrero se celebraban las februales; unas fiestas de purificación y paciguamiento de los muertos en los que se realizaban diversos sacrificios. 

  Como este año era demasiado corto cada dos años se añadía un mes de 22 ó 23 días (mercedinus, o mercedonius). Este mes se intercalaba entre el 23 y el 24 de febrero, y los cuatro días que quedaban de febrero se consideraban incluidos en mercedinus. Sin embargo, este cómputo era demasiado largo, ya que daba un total de 366 días y cuarto. Para evitar este desfase en el año 450 a.C. se acordó que cada ocho años se intercalara tres veces el mercedinus: la octoetérida. La octoetérida se fundamenta en los cálculos que realizó Cleostrato de Tenedos en el año 500 a.C. La intercalación, y el cómputo de los años, estaba en manos de los sacerdotes, quienes obraban, según sus intereses. Las reglas de cálculo del calendario fueron secretas hasta que Cneo Flavio las robó en el 304 a.C. El sistema era demasiado complicado y arbitrario, incluso para sus contemporáneos. En tiempos de Julio César había un desfase de tres meses entre el año civil y el astronómico, por lo que se hacía imprescindible una reforma. 

  La manera de contar los días era muy peculiar. El mes tenía tres fechas señaladas: las calendas, las nonas y los idus. Los días se denominaban dependiendo de los días que faltasen hasta la próxima fecha señalada. Las calendas eran el primer día del mes, las nonas eran el día 5 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 7), y los idus eran el día 13 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 15). Esta división procede del ciclo lunar. Teóricamente las calendas corresponden al novilunio, las nonas al cuarto creciente y los idus al plenilunio. El día anterior también se llamaba vísperas, y el anterior a las vísperas antevísperas. De esta manera el 20 de octubre era el decimotercer día antes de las calendas de noviembre. No existían semanas propiamente dichas aunque se celebraba un mercado cada ocho días, y los días entre mercados se designaban: A, B, C, D, E, F, G y H, que se sucedían correlativamente comenzando a contar con A desde el 1 de enero. 

  Los romanos contaban los años, en los documentos oficiales, según la serie de cónsules y emperadores (era de los Cónsules, 509 a.C.), pero la era Romana se contaba desde la creación de Roma: ab urbe condita. Fue Terencio Varrón quien estableció, definitivamente, que la fundación de Roma había tenido lugar en el año 753 a.C. No obstante hubo intentos anteriores como el de Fabio Pictor, que la estableció en el 747 a.C.; Polibio, 750 a.C.; Marco Porcio Catón, 751 a.C.; y Verrio Flaco, 752 a.C.; datos que se deben tener en cuenta a la hora de datar hechos. Tito Livio se adhiere a la fecha de Catón, aunque en ocasiones usa la de Fabio Pictor. Cicerón usa el cómputo de Varrón, que al final es el usado por Plinio, y el empleado por los historiadores modernos.

CALENDARIO JULIANO

El calendario juliano fue elaborado por el astrónomo griego Sosígenes de Alejandría, pero fue Julio César (de quien toma en nombre) el que lo difundió por todo el Imperio romano en el año 46 a.C. La era Juliana comienza, pues, en el año 45 a.C.; muy poco utilizada. Este se llama año de confusión, debido a que se tuvieron que añadir 85 días para compensar los errores acumulados. Para ello se agregaron dos meses entre noviembre y diciembre, uno de 33 días y otro de 34, además del mes intercalado en febrero. 

  La reforma juliana era, en esencia, el calendario egipcio según la reforma de Cánope. Consistió en tomar como inicio del año el 1 de enero, en lugar del tradicional 1 de marzo. Consta de 365 días divididos en 12 meses, excepto los años bisiestos que tienen 366 días, y añaden un día adicional al mes de febrero. El calendario juliano cuenta como bisiestos todos los años cuyo número es divisible por 4, aunque terminen en doble cero. Con este calendario se comete un error de 7,5 días cada 1000 años. El día adicional se añadía tras el 23 de febrero (sexto calendas de marzo), por lo que recibía el nombre de bisexto calendas de marzo, de donde viene el nombre de bisiesto. El equinoccio vernal debía ser el 25 de marzo. 

  Los meses quedarían así: januarius (31 días), februarius (29 ó 30 los años bisiestos), martius (31), aprilis (30), maius (31), junius (30), julius (31), augustus (30), september (31), october (30), november (31) y december (30). El mes de quintilis se consagró en honor a Julio César en el año 44 a.C., por iniciativa de Marco Antonio, y el mes de sextilis a Octavio Augusto, por incitativa del Senado en el 23 a.C. Para satisfacer la vanidad de Octavio Augusto se dio al mes consagrado en su honor 31 días, quitándoselo a febrero, y para que no hubiese tres meses seguidos de 31 días september pasó a tener 30 días, october 31, november 30 y december 31. 

  Otros cambios del nombre de los meses no sobrevivieron. Calígula llamó germánicus al mes de septiembre, Nerón llamó claudius a mayo y germánicus a junio, y Dominiciano llamó germánicus a septiembre y domitianus a octubre. Incluso Carlomagno trataría de dar nuevos nombres a los meses: wintarmanoth, hornung, lentzinmanoth, ostarmanoth, winemanoth, brachmanoth, heuvimanoth, aranmanoth, witumanoth, wintumanoth, windumemanoth, herbistmanoth y heilagmanoth. 

  La manera de contar los días siguió la tradición romana hasta que los visigodos introdujeron la costumbre de numerar los días, que no sería oficial hasta que lo adoptase Carlomagno. No obstante, hasta bien entrada la Edad Moderna, la manera de referirse a un día concreto era aludiendo al santo que se conmemoraba. Así, por ejemplo, es muy común encontrar expresiones como: llegamos el día de san Froilán. 

  Este calendario se mantendría hasta la reforma gregoriana, pero en el año 321 el emperador Constantino introdujo una novedad, la semana de siete días: domingo, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado. Además, decretó que el domingo (dies solis) fuese día de descanso para adorar a Dios, en detrimento del sábado, tradicional no sólo entre los judíos sino también entre los gentiles. Y es que si Jesucristo había muerto el sexto día de la semana judía había resucitado en domingo. Por otro lado, se satisfacía a otra religión muy popular: el culto a Mitra, que adoraban al sol. Recordemos que la semana de siete días se hallaba presente en el calendario egipcio. 

  Los ciclos que se consideraban en Roma fueron: el lustro, de 5 años, el siglo de 100 años y la indicción de 15 años. La indicción fue muy usada durante el bajo imperio, se adoptó en el 312, pero se hace remontar al año 3 a.C. Para averiguar a qué indicción corresponde un hecho basta con sumar 3 a la fecha, y dividir entre 15. El coeficiente corresponde a la indicción y el resto expresa el número del año del ciclo. 
I = F+3/15 
Donde: 
I = Indicción 
F = Fecha


  A parte de la era Cristiana podemos apuntar otras eras usadas para datar documentos. La era de Alejandría, usada en esta ciudad hasta el siglo XV. Se debe a Julio el Africano que estableció la creación de Adán en el año 5502 a.C. Sin embargo, con motivo de la «coronación» de Diocleciano se omitieron diez años, hecho que tiene lugar en el año 5786 de la era Alejandrina, así que desde esta fecha el comienzo de la era queda establecido en el año 5492 a.C. El cómputo de Julio el Africano lo usó en Antioquía en monje Pandoro, pero restó diez años, estableciendo el comienzo de la era de Antioquía en 5492 años a.C. La era de Abraham comenzaba en el 2016 a.C. La conquista de Hispania por Augusto tuvo lugar en el año 39 a.C., y dio origen a la era Hispánica, o de los Césares, que comenzó el 1 de enero del año siguiente, 38 a.C. Fue muy usada por los visigodos. Tras la batalla de Actium, el 3 de octubre del 31 a.C. Se establece la era de Actium, que para los romanos comenzaba el 1 de enero. Los egipcios usaron esta era hasta Diocleciano, y comenzaba el 29 de agosto. Los griegos orientales también la usaron, hasta el siglo IX, y comenzaba el 2 de septiembre. También existió la era de Augusto, que comenzó el 27 a.C., año en el que recibió el poder supremo del imperio. Incluso hubo una era de los Mártires, tras la persecución de los cristianos, que comenzó en el 303, año del edicto de persecución promulgado por Diocleciano. Los etíopes usaron el período Dionisio, o Gran Pascual, que constaba de 532 años, resultantes de multiplicar un ciclo solar (28 años) y otros lunar (19 años). Consumido el ciclo se comenzaba a contar, otra vez, desde uno. Pero la más usada hasta la adopción de la era Cristiana fue la era de Diocleciano, que comenzó en 29 de agosto del 284 (en ocasiones se llama, también, era de los Mártires). Esta es la era usada por los cristianos coptos de Egipto. 

  El calendario juliano lo conservan todavía algunas Iglesias ortodoxas, y en las naciones musulmanas lo empleaban para los cálculos astronómicos y los usos de la agricultura. 

  El calendario ruso es el juliano aunque con ciertas modificaciones. Hablamos del calendario usado en Rusia antes de la Revolución. La reforma del calendario juliano usada en Rusia se debe a Pedro el Grande, en 1700. Partían de la era Bizantina, que comienza con la creación del hombre en el año 5509 a.C. y empezaba el año el 1 de septiembre.

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