AL-FARFAN: LA CRISIS FAMILIAR

El día aun no llegaba, y los golpes sobre la puerta eran muy fuertes, golpeaban con desesperación, los gritos eran de dolor, ahogados entre el dolor y el miedo, mi padre abre la puerta de madera, y en un salto mi hermano selumiel le cae encima, cierra apresuradamente la puerta y se recarga en ella, lentamente se sienta sobre el piso, con los brazos en las rodillas, empieza a temblar, mi padre levanta a mama, agua caliente, trapos limpios corre mujer-le dice-.

Mi hermano, tenia un corte en el antebrazo profundo, al parecer hecho por un gladius romano, golpes, y contusiones por todo el cuerpo, y algunas heridas de cuchillo o daga, sobre las ropas, parece q tubo un enfrentamiento, no le fue muy bien al parecer, había perdido sangre, el torniquete que se había hecho parecía no ser suficiente, mi madre, limpio y cosió sus heridas.

En el desayuno, mi padre estaba platicando con el, parecía no estar tan mal porque podía caminar poco pero en pie si se podía poner, un corte en el muslo que en la madrugada no había visto, lo hacia cojear un poco. y el le explico a mi padre:
- Estábamos preparando una emboscada para la cuadrilla de impuestos, Pilatos había dispuesto que saliera a Siria, le llevaría nuestro dinero al Félix, perro ese, no lo podíamos permitir, seria un buen golpe padre, nos llenaríamos de gloria si lo hubiéramos logrado...pauso respiro un poco y continuo con un tono rabioso- Encontramos una caravana de judíos, al parecer de la región alta de galilea, comerciantes, venían a Jerusalén al parecer por negocios, irían de regreso y volverían para las pascuas, les creímos, nunca nos percatamos de sus intenciones, nos agazapamos a un alado del camino que va a Cesárea, divisamos a 150 estadios ala guardia y ala custodia del tesoro, los esperamos y cercamos su salida, ala orden los atacamos, pero en el carro no iban tesoros, iba otra guarnición romana, nos superaban en numero y nos hicieron frente, los golpes del metal se escuchaban, los gritos de dolor y de furia, peleamos con valentía padre, pero uno de ellos me alcanzo en la mano, otro en la pierna, caí en el piso y no supe mas debido a los golpes, atas, uno de los míos me saco de allí y me dijo corre, Corrí. padre-huí como un cobarde hacia la ciudad, no se que paso con mi hermanos y mis demás compatriotas- me da rabia no solo lo que hice padre, sino que el tesoro lo llevaban esos Galileos traidores que se vendieron a esos perros, cerdos romanos. Eso me pone furioso, ¿como lograremos expulsarlos y reivindicar el trono de David sobre Israel si sus hijos no están con sus hijos?

Las palabras de mi hermano, sonaban con verdad, algunos días atrás hubiera ardido en odio y venganza, pero hoy no, eso se quedo en el pasado, yo mismo había cambiado, la guerrilla no me parecía ya el camino correcto, habías visto familias enteras recibir los cadáveres de sus hijos, las familias fracturadas, y las madres solas y abandonadas, en pos de una ilusión que nunca llegaría, no podía creer lo que decía, estaba empezando a darle la espalda a mi propia historia, a mi propia ideología, ¿acaso había empezado a madurar?

Esa mañana el aire olía a inciensos, las pascuas se preparaban y los judíos devotos empezaban con su ayunos, y sus preparaciones, caminaba con mi padre, íbamos a conseguir vendajes y ungüentos para mi hermano, y buscaremos a Massa, el celote líder de la célula de mi hermano, para saber que paso en esa madrugada.

Compramos los ungüentos y los vendajes, íbamos de regreso a casa, de Massa nadie sabe, de la emboscada menos, no hay noticias, las redes no saben nada, ni los mercaderes afines al movimiento, caminando de regreso a casa, un ladronzuelo choca con mi padre, viene seguido por un par de guardias romanos, al chocar con mi padre rompe la bolsa de mano que traemos y se derraman los ungüentos y los vendajes, el par de soldados sigue corriendo, y una cuadrilla que ve la escena se acerca a mi padre, el oficial le dice- ungüento y vendas-¿accidente en la casa?, mi padre contesta- si, oficial así, es- recoge las cosas y le da la espalda con soberbia, y nos alejamos de allí, el oficial le hace una seña a uno de los suyos y este nos observa durante mucho tiempo, mi padre me apresura.

Llegamos a casa, le da los ungüentos a mama, y nos pide que sigamos todo normal, el ira al taller, mis hermanas se quedan en casa con mama, y con Selumiel, mi padre y yo vamos al taller, al abrirlo no hay rastro de Elimas, eso es raro comenta mi padre, Elimas siempre estaba allí con noticia chisme, un comentario o cualquier cosas de las que se enteraba, no rompió la tensión en todo el día, solo trabajamos, mi padre me felicito por mi jarrón, le parecía hermoso, eso me llenos de orgullo,, era la primera vez que me decía algo así, me alegro mucho.

Después del medio día, mi hermana Merar llego corriendo, llorando y gritando:- unos soldados entraron ala casa y se llevaron a Se,- apenas dijo eso mi padre corrió ala casa, a gritos me pedía cerrar el taller, Merar se quedo conmigo mientras mi padre corría, estaba a punto de cerrar cuando un joven se acerco, me pidió un jarrón quería decorar su mesa para esta pascua, con un bello jarrón, yo no tenia cabeza para nada, vio algunos pero ninguno le convencía, y Merar saca el jarrón q había hecho ayer, y me pregunto por el, al Joven marido le pareció perfecto, y me pidió el precio, no sabia q hacer, era mi jarrón, pero para eso trabajábamos a.C., me pago, me dio la mano y me dijo, que la casa de Yohannan marcus se vería hermosa con este jarrón en la cena pascual, y se fue.

Cerré el taller y me fui a casa, mi padre no estaba, mi madre acertó a decirme q fui la fortaleza Antonia, aun lado del pretorio romano, para hablar con los procuradores y saber porque detuvieron a su hijo, corrí hacías ese lugar también, la fortaleza estaba atrás del templo, y pase por allí, cercando al muchedumbre del maestro, me acerque al ni se dio cuenta de mi llegada, y dos que parecían q venían de buena fe, se acercaron a el y le preguntaron :
-¿Maestro esta permitido pagar el impuesto del cesar?
-El rabí dijo- denme una moneda ¿De quien es el nombre y la figura escrita?
-Del cesar-dijeron
-Pues devuelvan las cosas del cesar a cesar y a Dios las que son de Dios,

Que trampa sabían q no podía tomar partido, si decía que el impuesto no debería ser pagado, entonces seria un Celote, si decía que si debía ser pagado era un Insubordinado del Cesar, Dios mió quien es este hombre que puede salirse así de fácil de las crisis, que tiene autoridad para hablar, y convencer, que el sol lo acompaña, increíble, simplemente, el maestro me vio de nuevo al levantarse de la escalinata camino, me tomo entre sus brazos y me dijo- No te preocupes, tus hermanos están bien y saldrán pronto, ya lo veras- me dejo allí y siguió caminando y empezó a narrar otra historia...

Cuando llegue al pretorio mi padre estaba allí, gritando junto con una turba de hombres, q liberara a su hijo, minutos después, mi hermano salio de allí, con una muletilla, mas tranquilo y sereno, mi padre le pregunto q paso y el contesto- nada, estos cerdos come desperdicios, me confundieron con un Celote, pero ya les dije que me lastime con el torno y las herramientas de tu taller,- lo decía gritando para que lo oyeran, la tarde empezaba a caer, el día se acabaría pronto, otro mas, cada vez mas cerca, de aquello que recordare por toda mi vida.

llegamos a casa, aun no había noticias de mi hermano, aunque mis padre temían lo peor, aun guardaban esperanzas, pocas, le comente a mi madre que el rabí de galilea q se llama Yegua, no como Elimas lo llamaba, me dijo que estaban bien, y después mi hermano salio, ella me pidió guardara silencio a mi padre no le agradaría saber eso, y así lo hice, me calle, me fui a orar al corral, regrese y me dispuse a Dormir, una nueva jornada terminaba, aunque confiaba en la de mañana, algo me hacia saber que estaríamos bien, aunque no supiera que, solo tenia fe...

3ra parte

Oma Mohammed Ben Constantin
"Semana Santa" 2008
Del diario de Eliud Ben al-Farfan