UN DOMINGO CUALQUIERA

Desperté, abrí los ojos, el cobertor aun me cubría la cabeza, el frió había empezado hace algunos días y tuve que sacarlo del closet, aun apestaba a humedad... no quería levantarme, levantarme para que, mejor me quedaba acostado hasta dormir de nuevo... abrí los ojos nuevamente no lo podía hacer, hace meses deje de jugar fútbol por las mañanas, hace meses deje de levantarme temprano... Domingo, ese no seria un domingo diferente, es solo otro domingo cualquiera....

me levante, me levanto por fin, dejo la calidez de la cama, me estiro, volteo alrededor; mi cuarto sigue igual, la ropa del día anterior tirada aun lado de la cama, ropa sucia cerca de la puerta, me coloco las sandalias y abro las persianas, el sol entra bravo contra la habitación, y me cegó por un momento, me tallo los ojos y voy al baño, este no será un domingo diferente, es solo otro domingo cualquiera...

Espejo, me veo al espejo, tengo la ropa, me bañare porque no, después de todo solo son las 10 de la mañana, el agua caliente me recorre, sigo pensando; una pregunta me recorre, desde hacia días, me llamaba la atención, semanas en las que me preguntaba: ¿Que pasa con mi vida?, necesitaba una alivianada; una palabra pa'aguantar una semana mas, de agobio y desesperanza, así que sentí que ese no seria un domingo diferente, este es otro domingo cualquiera...

El desayuno, desayune, calenté algo de lo que mi madre había dejado sobre la estufa, ella y mi padre habían salido de mañana, es domingo pero habia que trabajar para traer algo ala casa, hace mucho que no se cumple el designio del dominus die, o día del señor... y recordando eso sentí la necesidad de ira ala iglesia... pero solo fue un flachazo mental, regrese, me senté sobre el sofá y encendí la computadora, la televisión, me senté frente a ellas como todos los demás días, mi voluntad era pequeña, y pareciera que me quedaría allí, espiando los mails, las paginas, las música... saben definitivamente este es un domingo cualquiera...

Cerraba los ojos ante la melodía de la canción, la letra me llegaba hondo, calaba profundo, y de nuevo esas imágenes... y el sentimiento de salir, así q me decidí, me puse una sudadera, tome las llaves, el celular ,el iPod, apague la televisión, y salí de la casa; camine... el sol no calentaba mucho, el frió había arreciado y el aire helado me recorría... tome un camión, descendí de el y de frente a unos 100 pasos(los había contado) estaba el frontis de la parroquia, hace mucho que no venia por aquí, en su estilo moderno, la cruz de madera sobre la torre y esas frescos, como de mosaico me habían llamado siempre la atención, la escena de Jesús con los brazos abiertos en forma de cruz, vestido de blanco, sobre un fondo azul lo hacia lucir poderoso... aun así este es solo un domingo cualquiera...

hacia meses que no venia por aquí. las ocupaciones normales del domingo me lo impedían, o porque no la flojera, el desanimo, la desesperanza de un trabajo del que me había despedido, una escuela que no daba para mas, y una novia ala cual aun recordaba, el dinero q no fluía con bien, y un montón de cosas q traía sobre la cabeza, como zopilote revoloteando sobre mi cabeza, viéndome cadáver ya... yo mismo sentía el fin cerca, mi tío Pedro me había dicho antes : -hay q madurar muchacho, ja ja ja, no siempre estarán tus padres y un techo sobre tu cabeza, hay que madurar y hacerse cargo de nuestras responsabilidades- Me pare frente al altar, pasillo central a la entrada del templo, y sentí la necesidad de correr hacia esa mesa, bajo esa cruz arrodillarme y porque no reír... reír no se porque reír... pero reír, lo sentía alegre no sabia definirlo ... alegre... una sonrisa picara recorrió mi rostro... reír... tenia un paso adentro y era feliz... seguí de frente y me acomode casi ala mitad del templo... no quería ir mas haya, no... allí estaba bien...

la homilía transcurría tal y como la recordaba, nada cambiaba, aburrida, sórdida, dormilona... pero en ese momento mi domingo no seria igual... mi vida no seria igual...

El profeta Malaquias hablaba del día de Yahvé, interesante, pero igual que siempre, pablo le hablaba a los tesalonicenses, les hablaba de como el trabajo cuando estuvo entre ellos para comer y ahora que esta lejos toda flojean y le decía holgazanes, y se entrometían en cosas que nos les incumbía, y esa frase... esa frase rebotaba en mi cabeza, duro como el cimbalo o como un gong chino... el que no trabaje que no coma... sentí que me hablaba a mí y abrí los oídos, los del cuarto y los del alma... y en evangelio... el evangelio me regreso a la tierra... los hombres se vanagloriaban del templo y sus ofrendas...y Jesús les dijo que habrá días q no quede piedra sobre piedra, q habrá batallas y y revolucione pero q no los domine el pánico, eso debe pasar... se levantara nación contra nación... habrá terremotos epidemias y hambre... señales en el cielo... los encarcelaran y los acusaran, los traicionaran los mataran,... pero no caerá un cabello de la cabeza... SI SE MANTIENEN FIRMES...

Ojos... mis ojos se inundaron de lagrimas, nunca me había detenido a escuchar, cuantas veces estuve allí sentado y nunca atención procure, hacia lo que se me decía... porque ese día era diferente, un domingo cualquiera estaba cerca de convertirse en un Día del señor...

Todo parecía diferente, un poco los ojos de mi espíritu se levantaban de pronto y mi corazón sentía algo q no podría explicar... al llegar la paz me maraville al ver a los niños correr al altar, pasillo central, lateral todos corrían a saludar al sacerdote... me habían enseñado ha hacer reverencia, al pasar frente al, en ese central... no podías correr...

la comunión paso, yo definitivamente no iba a acercarme, no estaba confesado, hacia años q no venia, pero mi alma se había alimentados bastante, no sentía necesaria la muestra física de la reconciliación, ya éramos amigos de nuevo...

ESE ERA UN DOMINGO DIFERENTE YA...

Salí... y de espaldas al altar, me di vuelta y camine hacia el... me senté frente al el y platique... Malaquias tenia razón, siempre hay un día del señor, te llega en algún momento, solo en tu casa, en la eucaristía, en un retiro, y llega ardiente como horno, lo sentí... y pablo me exhorta a trabajar, y no solo por el sustento de cada día, sino por el alimento espiritual, entendí q en el evangelio, no hay cosas mágicas, no hay cosas inmediatas, aunque siempre esta, hay q vivir y afectar a la comunidad y trabajar, duro y mantenernos firmes, y esa verdadera buena noticia para mi... habrá batallas personales y guerras internas, habrá revoluciones mentales, y tendrás hambre, y caerás enfermos pero debes ser firme, firme como la roca, no seas vanidoso de tu cuerpo, porque solo es eso y puede morir y pudrirse acaso no es solo materia, acaso no solo son átomos y moléculas ensartados unos con otros... y trabaja duro por este evangelio, porque en el mundo real las cosas no cambias si te conviertes, serás calumniado, te presentaras ante tribunales y prepara tu defensa, porque el señor te avalara y te dictara lo q dirás...

Yo hablando como todo un fanático, así me sentía, como rayos estas cosas llegan a mi mente, porque pienso esto, nunca en mi vida me había acercado lo suficiente al altar, no desde niño... nunca había estudiado lo suficiente la Biblia o mi catecismo solo vivía, caminaba, respiraba, dormía, amaba, no sabia q había otro mundo y mis opresiones desaparecieron.... y mis angustias se disiparon... Cerré los ojos y recordé cuando era niño y yo también corría ha darle la paz al sacerdote... ¿Porque perdí esa capacidad? de soñar, ahora entiendo mas cuando EL decía: -dejad q los niños se acerquen a mí, y sed como niños si quieren entrar al reino de mi padre-

Jesús esta representado en el sacerdote, y el quiere que seamos como esos niños, q corramos a su encuentro con la felicidad y alegría... dejando atrás las habladurías y solo ser feliz, despidiéndose de las ataduras q nos marcan en este mundo.. Abandonando esa madures mortal y aceptando la niñez espiritual... me percate que entre mas crecemos y maduramos, nos sentamos cada vez mas lejos del altar... cuando menos lo pensamos estamos ala mitad del templo y en un pestañeo estamos con pie adentro del templo y otro afuera... y cuando queramos regresar lo veremos tan lejano, que talvez nos parezca innecesario ya...

Desperté... abrí los ojos y desperté... y el velo que cubría mi cara cayó, recorrí alrededor mi vista y me detuve frente a esa cruz, colgada en mi habitación, las persianas se bambolean de un lado a otro, y el sol penetra mas brillante q antes, definitivamente ese no fue un domingo cualquiera, ese fue mi domingo... uno diferente, de verdad…

“Aprende a caminar lentamente entre la multitud”

Oma Mohammed Ben Constantin