CRONICAS DE INFANCIA

CUENTOS

XALISCO

Antes no vivía en la ciudad
vivía allá, en mi pueblo,
bonito, allá en nayarit,
en el valle de matatipac.

verde todo, campos sembrados
hartos cañaverales,
mi pueblo se llama xalisco,
con x xalisco, no te vayas a equivocar,
pa'los fuereños xalisquillo,
pero eso a nosotros no nos gusta,
y hay de ti que te escuche, o te parto la boca,

allá viví, 12 años de mi vida,
allá la infancia, allá la barriada, la calle empedrada
el mercado, los árboles,
allá el calor y las lluvias todo el año,
allá mi casa y la barda de enfrente,
allá la vecindad del abuelo, los ciruelos y los aguacates,
los días con nubes, y el mercado,
allá mi infancia... allá mi vida.

Hace rato que me fui, hace rato que lo recuerdo
hace un tiempo que lo añoro
pero siempre siempre esta en mi corazón.

Allá la familia, allá los amigos
allá mi perro, el mejor de todos,
allá mi primer amor y mi primera desilusión,
allá convivencia, allá mi cerros y emblemas.

xalisco, sobre los ojos de la arena
xalisco, mi hogar, mi infancia, mi vida...

Oma Mohammed Ben Constantin
"crónicas de la infancia" 2007

EL CIRUELO

Hacia un sol esplendoroso esa mañana,
el día era calido, y el no quemaba,
había llovido hacia dos días de eso,
pero aun no se sentía esa atmósfera sofocante
después de una lluvia...

yo tendría como 6 años, cuando paso lo que les
cuento, era un niño normal en lo que cabe,
uno común, corriente, y frente a mi casa había un solar
un gran corral, y en medio un ciruelo,
un viejo árbol que llamaba mucho mi atención,
se mantenía seco casi todo el año
se veían las ramas y las hojas amarillas,
en las noches el viento, tocaba su tronco
y mecía sus ramas, se veía moverse,
y parecía como si quisiese salir de sus raíces
y caminar... y venir por mi... miedo de niños.

Nunca sabré porque me llamaba la atención,
pero lo veía desde mi casa, por encima de la barda de
adobe del corral de trini...

Ese día, ese día lo vi. Verde, lo vi grande
lo vi vivo, no me gustaban mucho las ciruelas,
pero ese día quería ciruelas,
rojas, si, eran rojas si aun recuerdo...

Tome un tazón y me encamine a casa de dona trini
de ella era el corral,
y vivía en una casa vieja, que según me contaba mi padre
era de mas allá de la revolución,
era de adobe y tejas a dos aguas,
la viejita vivía pobremente,
tenia un catre para dormir.
una mesa labrada, con sillas labradas,
era todo lo que tenia, ahora le llaman arte rustico,
ella era todo lo que tenia, unos cantaros para el agua
y una vieja estufa de leña,
y recuerdos muchos recuerdos,
porque le gustaba contarme historias,
pero ese día no iba por cuentos, ese día iba por ciruelas...

-trini, puedo pasar por ciruelas- le dije
-No- dijo la viejecita,
y me entristecí, di media vuelta
y me aleje de allí, me fui a casa...

al llegar mi madre me vio, triste y lo supo,
cada que mi mama, cocía frijoles,
la viejecita salía de la casa, trepaba la barda
Dios sabrá como, y le gritaba a mama,
para que le llevara un poco de esos deliciosos frijoles de la olla,
ese día mi madre dijo para mi,
no le lleves mas frijoles,
pero la viejecilla estaba detrás de la barda y dijo:
- te estoy oyendo coco, no deje pasar al niño,
yo misma quería darle las ciruelas...

Oma Mohammed Ben Constantin
"cronicas de la infancia" 2007

EL ÁRBOL DE LIMONES

Te recuerdo niña,
te recuerdo infantil, pequeña, caprichosa,
veranos calientes de la infancia,
eternas jugerias por el parque,
corredizos, niños no
queriendo crecer, padres anhelando eso...

Y recuerdo, tu capricho,
y recuerdo tus ganas
un limonero pedías,
un limonero querías.
¿Por que? no lo sabias solo
te gustaba, solo te gustaba...

pequeño jardín, da la bienvenida
a un nuevo huésped, un pequeño retoño de limón,
jardín da la bienvenida
a la niña y su limonero...

-crecerá mama- repetías,
-crecerá y me sentare bajo su sombra- recalcabas
que maravilla la ingenuidad infantil
que belleza la plenitud de la niñez.

Eso fue, deja, si lo recuerdo, hace
17, 18 años,
¡va! que importa, la niña creció,
el limonero creció
el jardín allí se quedo,
pero la niña cumplió su promesa,
cada día se sienta bajo su sombra,
y bebe de sus limones...

su lugar favorito para estar,
su lugar favorito para descansar,
de las correrías del mundo
de las agotadoras vueltas de los adultos.

Regresa tu hermano a tu limonero,
y recuerda al niño que creía,
recuerda el niño que eras,
ese que nunca debió desaparecer.

Regresa niño, a aquel que astronauta
quería ser, o bombero, o piloto,
ese que podía saltar desde alturas insospechadas
y enfrentarse a todos los peligros,
que amaba a mama y su olor
que temía a papa y su cinturón...

aquel que soñaba, y reía,
reía por todo, y la vida era solo
un transcurrir de días, de soles
y de lunas.

Recuerdas...
Ve tú, hermano a tu limonero y descansa...
de las correrías del mundo,
de las agotadoras vueltas de los adultos...

Oma Mohammed Ben Constantin
"Crónicas de infancia" 2007

BARDA DE ADOBE

Era niño, tendría como 8 años,
jugaba en mi calle,
con mi balón,
y mi pared.

Frente a mi casa, había un gran solar
con un ciruelo al centro,
donde Vivian toda clase de monstruos,
donde no podía entrar.

Uno de esos días mi balón
sobrevoló esa frontera...

el miedo se apodero de mi,
pero mi balón necesitaba ser rescatado,
inmensa pared entonces divisaba,
¿Como subirla?

Armándome de valor, subí,
desde allí veía todo el solar,
baje raspándome los codos y antebrazos
pero no importaba, era mi balón,
corrí entre los matorrales,
tratando de no despertar al monstruo,
o cualquier otro ser maligno, maléfico que por allí estuviera
y por invadir su territorio comerme
querría...

alcance mi preciosa esfera de juego,
y corrí... Dios como corrí como el viento,
alcance la pared, y justo allí, detrás del matorral
unos gritos y una escoba venían hacia mi...

con los codos sangrantes trepe la barda,
no importo nada, me movía a una velocidad bárbara,
no me importo el miedo,
salte desde lo alto de la barda,
no me importo nada y corrí a mi casa,
entre, y debajo de la cama me quede...
esperando...

Que gran aventura, de vez en cuando se fue mi balón de nuevo,
pero esa es otra historia...

Oma Mohammed Ben Constantin
"crónicas de la infancia" 2007

EL PATIN DEL DIABLO

Cuan inventivo somos
cuan creativos,
cuan geniales somos,
cuando somos niños.

Yo tenia un amigo,
a el le encantaba la patineta,
los patines, pero lo mejor era
su patín del diablo.

Pero nunca fue bueno,
para las artes del acondicionamiento físico,
se cansaba con mucha facilidad,
no corría demasiado,
no se excedía, prefería sentarse a vernos.

Pero el amaba su patín del diablo mucho,
un día estábamos por allí jugando,
y el llevaba su patín,
después de un recorrido,
terminamos abajo de un árbol en la plaza
del pueblo, y el nos dice:
-saben que seria genial, que mi patín tuviera
un motor... seria genial..,.-
y reímos mucho, de eso, de el, de su idea,
pero saben que es lo mejor,
su idea alguien la realizo, y los patines tienen
ahora tienen...motor...

El nunca pudo olvidar eso y saben,
esa apunto de comprarse un patín del diablo...

con motor.

Oma Mohammed Ben Constantin
"Crónicas de la infancia" 2007

LA LLUVIA NEGRA

Hace mucho que no recordaba esto,
y no es por que no me guste
o no tenga memoria,
es simplemente que la vida en la ciudad
y el crecer an agotado muchos de mis
recuerdos de infancia.


la llamaba la lluvia negra,
llegaba siempre,
de la mano de la cosecha de la caña.
zafra le llaman...

fuego u humaredas enormes que alcanzan
el cielo, cada año en la cosecha de la caña.

la hoja que la recubre sube alto,
y despues cae al suelo,
en forma de ceniza,
tizne, le dicen alla en el pueblo,
y al caer lo cubre todo,
y cae tan graciosa, tan hermosa,
como espiral, como planeando...

en su sutil decendencia, nosotros
corriamos detras de ellos,
y levantabamos las manos,
y los rompiamos, como burbujas de jabon,
y corriamos, corriamos...

Es un bello espectaculo, ver caer
la lluvia negra, hace tiempo,
que ya no la veo, hace tiempo ya...

Hace mucho que no recordaba esto,
y no es por que no me guste
o no tenga memoria,
es simplemente que la vida en la ciudad
y el crecer an agotado muchos de mis
recuerdos de infancia...

Oma Mohammed Ben Constantin
"Crónicas de la infancia" 2007