SAN JUAN BAUTISTA

VINO UN HOMBRE ENVIDO POR DIOS Y SU NOMBRE ERA JUAN, HIJO DE ZACARIAS, VINO PARA DAR TESTIMONIO DE LA LUZ Y PREPARARLE AL SEÑOR A UN PUEBLO DISPUESTO A DECIDIRLO...

la historia del nacimiento de juan esta envuelta en todo el mistisimo judeo-cristiano, una pareja de adultos ya entrados en años, una mision especial, su padre incredulo mudo hast ael nacimiento del niño, y su madre ferviente seguidora de esto, primo de jesus, solo por familia, llevava consigo una gran responsabilidad, un poderoso mensaje al pueblo de Israel...


El capítulo primero del evangelio de San Lucas nos cuenta de la siguiente manera el nacimiento de Juan: Zacarías era un sacerdote judío que estaba casado con Santa Isabel, y no tenían hijos porque ella era estéril. Siendo ya viejos, un día cuando estaba él en el Templo, se le apareció un ángel de pie a la derecha del altar.

Al verlo se asustó, mas el ángel le dijo: "No tengas miedo, Zacarías; pues vengo a decirte que tú verás al Mesías, y que tu mujer va a tener un hijo, que será su precursor, a quien pondrás por nombre Juan. No beberá vino ni cosa que pueda embriagar y ya desde el vientre de su madre será lleno del Espíritu Santo, y convertirá a much-family:Arial'>

El ángel le dijo: "Yo soy Gabriel, que asisto al trono de Dios, de quien he sido enviado a traerte esta nueva. Mas por cuanto tú no has dado crédito a mis palabras, quedarás mudo y no volverás a hablar hasta que todo esto se cumpla".

Pasando por alto entonces, con San Lucas, un periodo de unos treinta años, llegamos a lo que podemos considerar el inicio del ministerio público de San Juan (ver CRONOLOGÍA BÍBLICA). Hasta éste llevó en el desierto la vida de un anacoreta; ahora va a entregar su mensaje al mundo. "En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César... fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán, predicando" (Lucas 3, 1-3), vestido no con los suaves ropajes de un cortesano (Mateo, 11, 8; Lucas 7, 24), sino de "piel de camello con un cinturón de cuero a sus lomos"; y "su comida" - parecía como si no comiera ni bebiera (Mateo, 11, 18; Lucas, 7, 33)-- "eran langostas y miel silvestre" (Mateo, 3, 4; Marcos, 1, 6); toda su figura, lejos de sugerir la idea de una caña sacudida por el viento (Mateo, 11, 7; Lucas, 7, 24), manifestaba una constancia imperturbable. Algunos incrédulos burlones fingían escandalizarse: "Tiene un demonio" (Mateo, 11, 18) Sin embargo, "Jerusalén, toda Judea, y toda la región del Jordán" (Mateo, 3, 5), atraídos por su fuerte y atractiva personalidad, acudían a él; la austeridad de su vida aumentaba inmensamente el peso de sus palabras; para la gente sencilla, era verdaderamente un profeta (Mateo, 11, 9;cf. Lucas, 1, 76,77). "Convertíos, porque el Reino de los Cielos está cerca" (Mateo, 3, 2), tal era el estribillo de su enseñanza. Hombres de todas las condiciones se congregaban a su alrededor.

Allí había fariseos y saduceos; estos últimos atraídos quizá por curiosidad y escepticismo, los primeros esperando posiblemente una palabra de alabanza por sus numerosísimas imposiciones y prácticas, y todos, probablemente, más ansiosos de ver de cuál de las sectas rivales ordenaría el nuevo profeta que se siguieran las instrucciones. Pero Juan puso al descubierto su hipocresía. Sacando sus ejemplos del escenario que los rodeaba, e incluso, según el modo oriental, haciendo un juego de palabras (abanimbanium), fustigó su orgullo con esta bien merecida reprimenda: "Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente? Dad, pues, dignos frutos de conversión, y no andéis diciendo en vuestro interior: Tenemos por padre a Abraham; pues os digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham. Y ya está el hacha puesta en la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego" (Mateo, 3, 7-10; Lucas, 3, 7-9). Estaba claro que algo había que hacer. Los hombres de buena voluntad entre los que escuchaban preguntaban: "¿Qué debemos hacer?" (Probablemente algunos eran ricos y, según la costumbre del pueblo en tales circunstancias, estaban vestidos con dos túnicas- Josefo, "Antig.", XVIII, v, 7). "Y él les respondía: El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo" (Lucas, 3, 11). Algunos eran publicanos; a ellos les ordenó no exigir más que lo que estaba fijado por la ley (Lucas, 3, 13). A los soldados (probablemente policías judíos) les recomendó que no hicieran violencia a nadie, ni denunciaran falsamente a ninguno, y que se contentaran con su paga. (Lucas, 3, 14). En otras palabras, les advirtió contra la confianza en sus privilegios nacionales, no aprobó los dogmas de ninguna secta, ni abogó por el abandono del forma de vida ordinaria de cada uno, sino que (predicó) la fidelidad y honradez en el cumplimiento de los deberes propios, y la humilde confesión de los propios pecados.

este era el momento de juan, caminaba por el jordan y empezaba ha crecer la comunidad qeu lo oia, en este ambiente JESUS baja al jordan y pide ser bautizado por el, juan se niega ha hacerlo diciendo qeu EL debe bautizarlo, pero JESUS le aclara esto debe de ser asi, momento impresindible de la fe, los cielos se habern y la voz de DIOS se oye por el lugar," Este es mi hijo bien amado en qeu tengo mis complacencias"...

Tras su bautismo, mientras Jesús estaba predicando por las ciudades de Galilea, yendo a Judea sólo ocasionalmente para las fiestas, Juan continuó su ministerio en el valle del Jordán. Fue en esta época "cuando los judíos enviaron donde él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: ¿Quién eres tú? Él confesó, y no negó; confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías? Él dijo: No lo soy ¿Eres tú el profeta? Respondió: No. Entonces le dijeron: ¿Quién eres, pues, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo? Dijo él: Yo soy la voz que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías" (Juan 1, 19-23). Juan negó ser el profeta Elías, a quien los judíos estaban esperando (Mateo, 17, 10; Marcos, 9, 10). Ni lo admitió Jesús, aunque sus palabras a sus discípulos parecen a primera vista señalar ese camino, "Ciertamente Elías ha de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin embargo, que Elías ha venido ya" (Mateo, 17, 11; Marcos, 9, 11-12). San Mateo señala que "los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista" (Mateo, 17, 13). Esto era lo mismo que decir, "Elías no va a venir en forma humana." Pero al hablar a la multitud, Jesús explicó que llamaba a Juan Elías en sentido figurado: "Si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir. El que tenga oídos, que oiga" (Mateo, 11, 14,15). Esto había sido anticipado por el ángel cuando, al anunciar a Zacarías el nacimiento de Juan, predijo que el niño precedería al Señor "con el espíritu y el poder de Elías" (Lucas, 1, 17). "Al siguiente día vio a Jesús venir hacia él y dijo: He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: Viene un hombre detrás de mí, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo...pero he venido a bautizar con agua para que él sea manifestado a Israel...Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo lo he visto y doy testimonio de que este es el Hijo de Dios" (Juan 1, 20-34).

la predicacion de Juan le trajo problemas con el rey herodes antipas, judeo-helenico, qeu los miembros del pueblo odiaban, Juan le reclamo su conducta disoluta y el haberce apropiado ala mujer de su hermano. herodias por nombre. la "mujer" del tetrarca odiaba a Juan y logro qeu fuera encarcelado...

Cualquiera que fuera el motivo principal de la política del tetrarca, es seguro que Herodías alimentaba un amargo odio contra Juan. "Herodías le aborrecía y quería quitarle la vida" (Marcos, 6,19). Aunque Herodes al principio compartía su deseo, "temía a la gente porque le tenían por profeta" (Mateo, 14, 5). Después de un tiempo este resentimiento de Herodes parece haberse reducido, pues, según Marcos, 6, 19,20, escuchaba a Juan con gusto e hizo muchas cosas a sugerencia de él.

Juan, en su prisión, era asistido por sus discípulos, que le mantenían en contacto con los acontecimientos del momento. Así se enteró de las maravillas efectuadas por Jesús. En este punto no se puede suponer que la fe de Juan vacilara lo más mínimo. Algunos de sus discípulos, sin embargo, no estaban convencidos por sus palabras de que Jesús era el Mesías. Por consiguiente, los envió a Jesús, mandándoles decir: "Juan el Bautista nos ha enviado para que te digamos: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? (Y en aquel momento curó a muchos [del pueblo] de sus enfermedades y dolencias y malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos.) Y les respondió: Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no se escandalice de mí!" (Lucas, 7,20-23; Mateo, 11, 3-6).



San Juan languideció probablemente durante algún tiempo en la fortaleza de Maqueronte, pero la ira de Herodías, a diferencia de la de Herodes, nunca disminuyó: aguardaba su oportunidad. Esta llegó en la fiesta de cumpleaños que Herodes, según la moda romana, dio a los "magnates, a los tribunos, y a los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías [Josefo da su nombre: Salomé], danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey dijo entonces a la muchacha: Pídeme lo que quieras y te lo daré...Salió la muchacha y preguntó a su madre: ¿Qué voy a pedir? Y ella le contestó: La cabeza de Juan el Bautista. Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista. El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan... y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre" (Marcos, 6, 21-28). Así ocurrió que la muerte del más grande "entre los nacidos de mujer" fue el premio otorgado a una bailarina, el peaje exigido por un juramento imprudente, criminalmente mantenido (San Agustín). Incluso los judíos se conmovieron por una ejecución tan injustificable, y atribuyeron a la venganza divina la derrota sufrida después por Herodes a manos de Aretas, su legítimo suegro (Josefo, loc. cit). Los discípulos de Juan, al enterarse de su muerte, "vinieron a recoger el cuerpo y le dieron sepultura" (Marcos, 6, 29), "luego fueron a informar a Jesús" (Mateo, 14, 12).

La duradera impresión dejada por el Precursor sobre los que estuvieron bajo su influencia no se puede ilustrar mejor que mencionando el temor que sobrecogió a Herodes cuando oyó las maravillas obradas por Jesús, quien, en su opinión, no era sino Juan el Bautista vuelto a la vida (Mateo, 14, 1,2,etc.). La influencia del Precursor no murió con él. Fue de largo alcance, además, como sabemos por Hechos,18, 25; 19, 3, donde encontramos que prosélitos en Éfeso habían recibido de Apolo y otros el bautismo de Juan. Además los primeros autores cristianos hablan de una secta que tomaba su nombre de Juan y se atenía sólo a su bautismo. La fecha asignada en los calendarios litúrgicos a la muerte de Juan el Bautista, 29 de Agosto, apenas se puede considerar fiable, porque no se basa casi en documentos dignos de confianza. El lugar de su sepultura ha sido fijado por una antigua tradición en Sebaste (Samaria). Pero si hay algo de verdad en la afirmación de Josefo, de que Juan fue ejecutado en Maqueronte, es difícil comprender por qué fue enterrado tan lejos de la fortaleza herodiana. Aun así, es perfectamente posible que, en una fecha posterior que nos es desconocida, sus sagrados restos fueran llevados a Sebaste.

parte de los Evangelios y los consiguientes comentarios, JOSEFO y las muchas Vidas de Cristo, EUSEBIO, Hist Eccl. I,xi; Acta pour servir a l'histoire eccles., I (Bruselas, 1732), 36-47 ; notas pags.210-222 ; HOTTINGER, Historia Orientalis (Zurich, 1660), 144-149 ; PACIANDI, De cultu J.Baptiste en Antiq. Christ., III (Roma, 1755); LEOPOLD, Johannes der Taufer (Lubeck, 1838); CHIARAMONTE, Vita de San Giovanni Battista (Turín, 1892) YESTIVEL, San Juan Bautista (Madrid, 1909).

Comentarios

bLaNcHe dijo…
** PRIMIS **
yuju!! jejeje
Hola javiiii!!! es historia me gusta muchoo, de hecho fue el evangelio del domingooo!! obvioooo!! jajajaja

numa que habia puesto a pensar que la fecha d emi cumpleños es una fecha muy importanteee!! que afortunada me sientooo!!

te kieor muchgo vjavi, gracias por compartir estas cosas con los demas, gracias por ser tan lindo y tan inteligenteee!!! te kiero mucho grandoteeee!!!

muchos dechitos!!
bLaNcHe dijo…
Javiii!!
como sta mi greñudito consentido
espero q supero bien!!!

extraño nueva entrada javi
te estar tardando corazon
hee!!
jajajaja
ntc!!

se q cuando vuelvas a escribir sera algo tan asombroso como siempre q haga q la piel se me ponga chinita chinitaaa como siempreee!!!

te mando mil adachitos y otros mil dechitos!!

cuidate mucho y q Dios te bendigaaa!!
muak muak!!
Anónimo dijo…
helloo!!!!
hola niño bueno veo que te esperas en tu diario, bueno solo quiero decirte que espero que en lolek hagamos un mejor equipo contigo, y echale todas las ganas si crees que es lo tuyo,y pues gracias por se mi hijo, estoy muy orgullosa de ti, jeje como toda mama,
te quiero
que Dios te bendiga.
aDios.

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