(Duquesa de Silesia)
Santa Eduviges, una madre de familia que junto a su esposo fundó monasterios y a la muerte de él, tomó los hábitos y siguió sirviendo a los pobres y enfermos. Fue una duquesa y figura central en la difusión de la cristiandad y la caridad en el corazón de Europa Central durante el siglo XIII. Es venerada como la patrona de Silesia, Berlín y los huérfanos.
Nació alrededor del año 1174 en el Castillo de Andechs, Baviera (Alemania). Era hija del conde Bertoldo IV de Andechs y, por tanto, hermana de Santa Gertrudis y tía de Santa Isabel de Hungría. Su educación temprana se realizó en el monasterio de Kitzingen, donde se nutrió de una profunda piedad.
A la edad de 12 años, se casó con Enrique I el Barbudo, Duque de Silesia. La pareja tuvo siete hijos. Desde su posición como duquesa, influenció a su esposo para gobernar con justicia y piedad. Juntos, fundaron varios conventos, entre ellos la Abadía Cisterciense de Trzebnica (Trebnitz), donde su hija, Gertrudis, se convirtió en abadesa.
A pesar de las pompas de la corte, Eduvigis llevó una vida de estricto ascetismo y oración. Con el permiso de su esposo, vivieron en castidad durante casi treinta años. Su caridad se manifestaba en la atención personal a los más desfavorecidos, utilizando su riqueza para fundar hospitales y albergues para enfermos, leprosos y pobres. Ella y su esposo fundaron muchos monasterios. Él inició el Hospital de la Santa Cruz en Breslau y ella, un hospital para leprosas en Neumarkt, donde atendía personalmente a las que padecían de esta enfermedad.
Un elemento central de su hagiografía es su humildad y amor por la pobreza. Se narra que a menudo caminaba descalza, incluso en invierno, a imitación de Cristo. Cuando el obispo de Breslavia le exigió, por decoro, que usara calzado, ella aceptó, pero a menudo los llevaba colgando de su mano en lugar de puestos, como símbolo de que su corazón seguía aferrado a la pobreza y no a las vanidades del mundo.
A lo largo de su vida, sufrió la pérdida de varios de sus hijos, incluido su hijo Enrique II el Piadoso, que murió en batalla contra los tártaros en 1241. Eduvigis afrontó estos dolores con una fe inquebrantable, consolando a quienes la rodeaban.
Tras la muerte de su esposo en 1238, Eduvigis tomó el hábito en el monasterio de Trzebnica. Allí, sin hacer votos formales de clausura para poder seguir ejerciendo su caridad, continuó su vida de oración y servicio.
Murió en olor de santidad en el convento de Trzebnica en octubre de 1243. Su fama de santidad fue inmediata, y se le atribuyeron milagros y profecías. La leyenda también incluye una visión en la que Jesús crucificado desclavó su mano para darle su bendición.
Fue declarada santa por el Papa Clemente IV en 1267, tan solo 24 años después de su fallecimiento, lo que subraya la gran devoción popular y el reconocimiento de su vida ejemplar.
El legado de Santa Eduvigis de Andechs es triple:
Fue la gran fundadora de la Abadía de Trzebnica y promotora de otras instituciones religiosas, fortaleciendo la infraestructura eclesiástica en Silesia (una región que hoy forma parte de Polonia).
Su influencia en su esposo y en la nobleza local fue fundamental para la extensión y consolidación de la fe católica en los territorios que unían el mundo germánico y el eslavo.
Estableció un modelo de servicio social real, utilizando su riqueza no para el lujo personal, sino para crear una red de apoyo para los pobres y enfermos, actuando como una protectora de los menos privilegiados.
Su lema de que los pobres "son nuestros amos" refleja una profunda convicción evangélica que la llevó a vivir de manera austera.
Es la Patrona de Silesia y, además, es la patrona de la Diócesis de Berlín y es invocada como protectora de los huérfanos.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Que tengas un excelente día.