Cuando alguien nos hiere por ejemplo con una infidelidad, la herida no sólo duele por la traición, sino porque parece que la otra persona no comprende la magnitud del daño que causó. Esto nos deja confundidos, como si nuestra voz y nuestro dolor fueran invisibles.
La psicología de Albert Bandura nos ayuda a entender un poco este fenómeno. Él hablaba de la desconexión moral, un mecanismo por el cual las personas pueden justificar sus acciones dañinas para no sentirse responsables. Así, quien engaña puede decirse a sí mismo cosas como “no fue tan grave”, “todos lo hacen”, “mi pareja también tuvo culpa”, o incluso desviar la atención del dolor que provocó. Estas justificaciones no borran la herida, pero sí les permiten seguir adelante sin enfrentar la culpa.
[ Este concepto describe los mecanismos cognitivos internos que las personas activan para desactivar su brújula moral y realizar actos dañinos sin experimentar culpa o remordimiento. Permite a la persona verse como "buena" mientras realiza actos "malvados ]
Saber esto no sana de inmediato, pero puede darnos un respiro: el hecho de que tu expareja no reconozca su falta no significa que lo que sufriste sea menor. Significa que se está protegiendo de su propia vergüenza o responsabilidad.
[ Justificación Moral: Se reformula el acto dañino como algo aceptable, necesario o incluso noble. Ejemplos: "Lo hice por el bien mayor de mi nación/familia/causa" o "Dios quería que yo hiciera esto." Lenguaje Eufemístico: Se utiliza un lenguaje limpio o técnico para encubrir la crueldad del acto. Ejemplos: En lugar de "matar," se dice "neutralizar"; en lugar de "robar," se dice "reajustar los fondos."]
Y aquí está lo importante: el dolor que llevas es real, tu historia merece respeto, y tu sanidad no depende de que la otra persona acepte su error. Poco a poco, la vida te invita a soltar la carga de querer que el otro comprenda, para reenfocar tu fuerza en lo que sí puedes sanar: tu propio valor, tu dignidad y tu capacidad de volver a confiar en ti mismo.
[ Comparación Ventajosa: Se compara la propia acción con algo mucho peor para hacer que el daño parezca insignificante. Ejemplos: "Sí, cometí un error, pero lo que hacen ellos es mucho peor." Desplazamiento y Difusión de la Responsabilidad: Se diluye la responsabilidad al atribuirla a la autoridad o al grupo. Ejemplos: "Solo seguía órdenes" o "Todos lo hacían." ]
Porque al final, la fidelidad más profunda es la que empiezas a tener contigo: cuidar tu corazón, reconocer tu herida y caminar hacia adelante con la certeza de que mereces amor verdadero y sin excusas.
El que engaña puede intentar justificarse, excusarse o incluso olvidar. Pero esas justificaciones no borran la verdad: cada persona es responsable de las decisiones que toma y de las heridas que causa. La infidelidad no es un error accidental, es una elección consciente de romper la confianza.
[Culpabilización de la Víctima: Se hace que las víctimas parezcan merecedoras del daño que se les inflige, deshumanizándolas o atribuyéndoles fallas morales.]
Y aunque el engañador se escude en sus razones, tú no necesitas cargar con ellas. Su historia y sus excusas le pertenecen a él o a ella. La tuya, en cambio, es la de alguien que está aprendiendo a sanar, a reconstruir su confianza y a recordar que su valor no depende de la lealtad de otro, sino de la fidelidad que ahora eliges tener contigo mismo
Porque, al final, la vida siempre pone de pie a quienes deciden levantarse del dolor y seguir caminando hacia adelante. “Las cicatrices que hoy duelen serán mañana señales de tu fortaleza. El amor que te negaron renace primero en tu propio corazón.”
Yaveh Yireh...
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