El concepto japonés ichigo ichie
(一 期 一 会) suele traducirse como “una vez, un encuentro” o “este momento, único e irrepetible”.
Nació en el ámbito de la ceremonia del té, Chado. El maestro del té, Sen no Rikyuj (siglo XVI), popularizó esta idea. Para él, cada ceremonia era un evento sagrado y único. Donde el anfitrión y los invitados comprendían que aquella reunión jamás se repetiría exactamente de la misma manera: los mismos gestos, la misma atmósfera, las mismas personas en ese instante.
Para el anfitrión: Un maestro debía poner todo su corazón y alma en preparar el té y crear una atmósfera perfecta para sus invitados, sabiendo que esa reunión específica nunca se repetiría.
Para el invitado: Debía recibir cada detalle del encuentro con total aprecio y respeto, comprendiendo la singularidad del momento y la dedicación del
La reflexión que inspira es profunda:
Valor del presente: Nos invita a reconocer que cada encuentro, por más simple o cotidiano que parezca, es irrepetible. Aun cuando veamos a la misma persona cada día, ese instante concreto, con esas emociones y circunstancias, no volverá jamás.
Atención plena: Ichigo ichie es una llamada a estar presentes, a no dejar que la prisa o la distracción nos roben la belleza del momento.
Gratitud y cuidado: Al comprender que cada instante es único, surge un sentimiento de gratitud y un deseo de cuidar más de nuestras relaciones, de nuestras palabras y de los espacios compartidos.
Impermanencia: También recuerda la enseñanza budista de que todo es transitorio. El tiempo fluye y cada instante se convierte en un tesoro cuando lo vivimos con consciencia.
En la práctica, ichigo ichie nos sugiere detenernos, mirar con más ternura a quienes tenemos enfrente, escuchar con atención, agradecer lo que ocurre y permitir que cada momento deje una huella en nosotros.
Es, en esencia, una invitación a vivir con más presencia, reverencia y gratitud cada encuentro que la vida nos regala.
Perfecto, Javier. Aquí tienes una versión poética de la reflexión sobre ichigo ichie, pensada como introducción para tu poemario:
INSTANTES
Cada instante es un tesoro,
una chispa que no se repetirá.
Como el agua del río, fluye y se aleja,
dejando sólo su eco en el corazón.
Este encuentro, estas miradas,
este silencio compartido, no volverán jamás.
Por eso el gesto se cuida, la palabra se ofrece con delicadeza, y la presencia se vuelve sagrada.
vivir como si cada momento fuese la primera y última vez, y agradecer lo irrepetible que nos regala la vida.
HAIKU
la vida breve
Unicos instantes...
flores al agua.
*******
Instante ahora,
irrepetible brilla...
la flor en el Té
******
La vida breve
la vida se detiene,
hojas en el te.
El Ichigo Ichie nos dice que tratemos cada instante y cada encuentro como un tesoro irrepetible. Es una invitación a dar lo mejor de nosotros y a recibir lo mejor de los demás en cada interacción, porque no habrá una segunda oportunidad para ese mismo momento.
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