San José de Cupertino es una figura extraordinaria en la historia de la Iglesia, famoso por una de las manifestaciones más asombrosas de la gracia divina: la levitación. Su vida es un relato de humildad, obediencia y un don místico que lo llevó a ser el patrón de estudiantes, aviadores y viajeros.
Nacido en 1603 en la pobreza de Cupertino, Italia, José era un joven sencillo y poco brillante para los estudios. Su falta de intelecto y su torpeza lo hacían el blanco de burlas, y fue rechazado por varias órdenes religiosas. Finalmente, fue aceptado como sirviente en un convento de los Frailes Menores Conventuales, donde su única dote era una fe infantil e inquebrantable.
Fue en el Convento de la Grotella, en el sur de Italia, donde su vida cambió. Su piedad profunda lo llevaba a entrar en éxtasis con solo oír el nombre de Jesús o María. Durante estos trances, ocurría el prodigio: José se elevaba del suelo, flotando en el aire sin esfuerzo. Estos sucesos se volvieron tan comunes que tuvieron que ser documentados.
La "geografía" de San José no fue un mapa estático, sino un recorrido impuesto por sus propios milagros. Su fama de "fraile volador" atrajo a multitudes y lo llevó a ser investigado, sospechado y a la vez venerado. Para evitar el alboroto y permitirle vivir una vida de oración más tranquila, sus superiores se vieron obligados a trasladarlo constantemente.
Su peregrinaje involuntario lo llevó a varios conventos franciscanos en el centro de Italia, incluyendo:
Assis, Donde fue examinado por la Inquisición, que finalmente lo declaró inocente de fraude.
Pietrarossa y Castelgandolfo: Lugares a los que fue enviado para evitar el constante escrutinio del público y los curiosos.
Finalmente, pasó sus últimos años en el convento de Osimo, donde su vida se volvió más serena y aislada. Fue aquí donde murió en 1663.
A pesar de sus extraordinarios dones, San José fue un modelo de humildad, obediencia y caridad. Aceptó sin queja su fama, los traslados y el escrutinio, entendiendo que sus milagros no eran para su gloria, sino para la de Dios. Es por ello que, además de ser el patrón de los pilotos por sus levitaciones, es el patrón de los estudiantes, a quienes se les pide su intercesión para "volar" por encima de las dificultades de los estudios, un obstáculo que él mismo conoció de primera mano.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Que tengas un excelente día.