SOBRE UN LIBRO DE VERSOS

El primer poema que escribió Federico García Lorca

En 1944 Antonio Gallego Morell dio a conocer en La Estafeta Literaria (n.º 16) un poema que bien puede considerarse como el primer manifiesto poético de Federico García Lorca. Lo escribió en un ejemplar de las Poesías Completas de Antonio Machado (Ediciones de la Residencia de Estudiantes) «sin respetar el pie de imprenta, ni el título, ni los derechos que marca la Ley, ni el copyright 1917».

Mucho más tarde, transcurridos casi cinco lustros, con ocasión de la exhumación de otro poema lorquiano, Gallego Morell vuelve sobre el tema:

El 7 de agosto de 1918 [García Lorca] firma un poema que traza con lápiz violeta sobre las primeras páginas de la edición de Poesías Completas de Antonio Machado que dio a la estampa la Residencia de Estudiantes, ejemplar que mi padre prestó a García Lorca y que éste lo devolvió con el mejor prólogo para los versos de Machado.

Y en nota a pie de página añade:

Poseo en mi biblioteca el ejemplar de Machado con el poema autógrafo de García Lorca. Incomprensiblemente este poema se inserta en la edición de Obras completas del poeta (Madrid, Aguilar, 1966) bajo el título Este es el prólogo, que fue un título ocasional dado por mí al publicarlo por vez primera. Creo que el poema -que no tiene título dado por Lorca- debería incluirse bajo el enunciado A las poesías completas de Antonio Machado.

Así lo hizo Arturo del Hoyo, responsable de la edición Aguilar, y a partir de 1973, con este título, entre los corchetes de rigor, puede leerse en la sección Otros poemas sueltos.

Ahora bien, este poema póstumo de Lorca ni debe ser publicado en la versión dada a conocer por Gallego Morell, ni el título por él propuesto es actualmente necesario.

En efecto, en los archivos de la familia García Lorca figura un manuscrito de esta composición, fechado el 19 de agosto de 1918 y que, por consiguiente, anula el autógrafo anterior del 7 de agosto del mismo año. Más aún, el poeta le ha adjudicado un título preciso: Sobre un libro de versos. Lo transcribimos a continuación, añadiendo al final (tras las iniciales GM -Gallego Morell-) las variantes de la primera versión y, en cursiva, las tachaduras que hemos podido descifrar (bajo el texto que las ha reemplazado).

SOBRE UN LIBRO DE VERSOS

Dejaría en el libro 
este toda mi alma. 

Este libro que ha visto 
conmigo los paisajes 
y vivido horas santas. 

¡Qué pena de los libros que nos llenan las manos 
de rosas y de estrellas 
que se esfuman y pasan! 
¡Qué tristeza tan honda es mirar los retablos 
de dolores y penas
que un corazón levanta! 

Ver pasar los espectros de vidas que se borran. 
Ver al hombre desnudo 
en pegaso sin alas. 
Ver la Vida y la Muerte, 
la síntesis del mundo, 
que en espacio profundo 
se miran y se abrazan. 

Un libro de poesías 
es el Otoño muerto:
los versos son las hojas negras en tierras blancas. 
Y la voz que lo lee 
es el soplo del viento 
que los hunde en los pechos 
-entrañables distancias-

El poeta es un árbol 
con frutos de tristeza 
y con hojas marchitas 
de llorar lo que ama. 
El poeta es el medium 
de la Naturaleza 
que explica su grandeza 
por medio de palabras. 

El poeta comprende 
todo lo incomprensible 
y a cosas que se odian 
él hermanas las llama. 
Sabe que los senderos 
son todos imposibles 
y por eso en lo obscuro 
va por ellos con calma. 

En los libros de versos 
entre rosas de sangre 
van desfilando tristes y eternas caravanas 
que hirieron al poeta 
que lloraba en la tarde 
rodeado y ceñido por sus propios fantasmas. 

Poesía es Amargura, 
miel celeste que mana 
de un panal invisible 
que fabrican las almas. 

Poesía es lo imposible 
hecho posible. 
Arpa 
que tiene en vez de cuerdas 
corazones y llamas. 

Poesía es la vida 
que cruzamos con ansia 
esperando al que lleve 
sin rumbo nuestra barca.

Libros dulces de versos 
son los astros que pasan 
por el silencio mudo 
al reino de la Nada 
escribiendo en el cielo 
sus estrofas de plata. 

¡Oh, qué penas tan hondas 
y nunca remediadas 
los versos dolorosos 
que los poetas cantan!

Como en el horizonte 
descanso las miradas, 
dejaría en el libro 
este ¡toda mi alma!

19 de agosto 1918. Asquerosa     

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