El Oubaitori (桜梅桃李) es un concepto japonés que encapsula la idea de "no compararse con los demás y celebrar la propia singularidad". La palabra en sí se compone de los caracteres kanji para cuatro árboles que florecen en primavera:
桜 (Ō): Cerezo (Sakura)
梅 (Bai): Ciruelo (Ume)
桃 (Tō): Melocotonero (Momo)
李 (Ri): Albaricoquero (Sumomo)
Aunque estos cuatro árboles florecen en la misma estación, lo hacen a su propio ritmo, en su propia forma y con su propia belleza. El cerezo puede florecer exuberantemente por un corto tiempo, la ciruela un poco antes, el melocotón con sus colores vibrantes, y el albaricoque quizás con más sutileza. Cada uno es hermoso a su manera, en su momento, sin competir ni imitar al otro.
El corazón de Oubaitori reside en aplicar esta observación de la naturaleza a la vida humana: "cada persona tiene su propio camino, su propio ritmo de crecimiento y su propia forma de "florecer". No tiene sentido compararse con los demás, ya que cada uno es único y tiene su propia trayectoria.
Oubaitori no es una filosofía moderna, sino una antigua sabiduría japonesa, un idiomatismo que ha sido parte de la cultura durante mucho tiempo. Su origen exacto como proverbio no se atribuye a un único filósofo o momento, sino que es una expresión que probablemente surgió de la observación de la naturaleza y la profunda conexión de la cultura japonesa con sus estaciones y sus paisajes.
La cultura japonesa, con su aprecio por la imperfección (Wabi-Sabi), la conciencia de la transitoriedad (Mono no aware) y la armonía con el entorno natural, siempre ha valorado la singularidad y el ciclo de la vida. Oubaitori es una manifestación de esta cosmovisión, recordándonos que la diversidad es inherente a la belleza del mundo. No se trata de una doctrina rígida, sino de una actitud mental, una forma de percibir y vivir.
En nuestro mundo actual, dominado por las redes sociales, la cultura de la comparación y la presión constante por alcanzar ideales de "éxito" o "perfección", el concepto de Oubaitori es más relevante y necesario que nunca. Desarrollarlo en la vida diaria implica un cambio consciente de mentalidad:
Cómo por ejemplo ser consciente de cuándo y cómo te estás comparando con los demás. ¿Estás navegando en redes sociales y sintiendo envidia o insuficiencia? ¿Te comparas con colegas, amigos o incluso con versiones idealizadas de ti mismo?
Una vez que identifiques la comparación, detente. Reconoce que es un hábito y que no te sirve.
Debes enfócarte: En lugar de mirar lo que otros hacen o tienen, redirige tu energía hacia tu propio camino. ¿Qué has logrado? ¿Qué pasos has dado? ¿Qué habilidades has desarrollado?
Trátate con la misma amabilidad y comprensión que le darías a un amigo. Reconoce tus fortalezas, tus talentos únicos y tus esfuerzos, por pequeños que parezcan. No te castigues por tus errores; aprende de ellos.
Llevar un pequeño diario donde anotes tus logros personales (o como yo una bitácora virtual como está ) y las cosas por las que estás agradecido en tu propia vida puede reforzar esta práctica.
Y sobre todo paciencia; entiende que el crecimiento no es lineal ni uniforme. Habrá épocas de rápido desarrollo y otras de estancamiento aparente. Cada fase es parte de tu proceso.
También confianza; Confía en que tienes un tiempo y una forma de florecer que son perfectos para ti. No te presiones a alcanzar hitos que otros lograron a una edad o en un momento diferente.
Limita la exposición a fuentes que te generen comparación (redes sociales, ciertos medios, etc.) o aprende a consumirlas de manera más consciente y crítica.
Agradece las experiencias que te han moldeado, tanto las buenas como las difíciles. Todas han contribuido a la persona única que eres hoy.
Reconoce que tu historia y tus particularidades son lo que te hacen valioso.
¿Qué significa "florecer" para ti? No tiene que ser lo que la sociedad dicta. Puede ser la paz interior, la conexión con tus seres queridos, la expresión creativa, un impacto positivo en tu comunidad, visitar la iglesia, tu oración.
Puedes establecer metas personales que resuenen con tus valores y aspiraciones, no con los de otros.
En esencia, Oubaitori es una invitación a la autoaceptación radical y a la autonomía de la felicidad. Es el recordatorio poético de que, al igual que los árboles en el jardín de la primavera, cada uno de nosotros tiene su propia belleza, su propio tiempo para desplegarse, y no necesita ser como ningún otro para ser completo y valioso. Adoptar Oubaitori en nuestra vida es un acto de liberación, un camino hacia una salud mental más sólida y una vida más auténtica y plena.
Mi parte favorita es esta.
ResponderBorrarY sobre todo paciencia; entiende que el crecimiento no es lineal ni uniforme. Habrá épocas de rápido desarrollo y otras de estancamiento aparente. Cada fase es parte de tu proceso.