GITANERIAS VIII


Ella...mujer de Verano es una figura mítica, arraigada en la esencia de la tierra. No pertenece a un lugar geográfico concreto, sino que emerge de la simbiosis entre lo humano y lo natural. Su origen se vincula a comunidades agrícolas ancestrales, donde la cosecha y los ciclos del suelo dictan la vida. Es bruja y campesina, jardinera y guardabosques; sacerdotisa de ritos antiguos, guardiana de secretos que solo el viento y las raíces comprenden. Su oficio trasciende lo físico: siembra verdades en el dolor ajeno y cosecha esperanzas con sus manos curtidas por el sol. Su sensualidad no es humana, sino un fuego que brota de la tierra misma, un erotismo sagrado que funde cuerpo y paisaje. 

 
VERANO
Lluvia danza sobre valles verdes,  
cosecha canta entre surcos breves.  
Ella, mujer que abraza la tierra,  
verdades siembra donde hay tristeza.  

El verano besa sus cabellos,  
la montaña guarda sus anhelos.  
Bajo el sol, el campo es su voz,  
mujer valiente, cosecha de Dios.


COSECHA
Verano sugiere labios de fuego,  
muslos que brotan verdes deseos.  
La bruja canta en la tierra húmeda,  
senos abiertos, raíz del sexo.  

El sudor es savia de luna;  
la cosecha late, piel en celo.  
Deseo danza entre sombra y trigo,  
brasa y carne bajo el suelo.

Tu savia secreta, promesa dulce,
se derrama lenta, temblor de tierra.
Mis labios buscan donde el néctar pulsa, la fuente escondida que mi sed libera


  
VALLES
Colinas exhalan semillas dormidas,
hojas cantan en lenguas verdes.
Cosecha danza bajo luna oculta,
frutos brillan en manos terrenales.

Bruja susurra secretos a vientos,
tierra respira su magia eterna.
Verde es raíz, verde sangre viva,
verano guarda la voz del campo.
 
un valle de luz y sombras,
donde el río de la vida se desborda.
Piel de tierra fértil, labios de rocío,
en cada curva, un misterio, un desafío.

Sus ojos, pozos que reflejan el cielo,
donde la luna y el sol encuentran consuelo.

 
VERDES
Lluvia danza sobre valles verdes,
cosecha canta entre surcos breves.
Ella, mujer que abraza la tierra,
verdades siembra donde hay tristeza.

El verano besa sus cabellos,
la montaña guarda sus anhelos.
Bajo el sol, el campo es su voz,
mujer valiente, cosecha de Dios.

Sus manos, raíz que nutre el suelo,
su mirada, el lucero sin desvelo.
En cada semilla, su fe renace,
Paz en su alma, la vida la complace.

El viento lleva su canto al firmamento,
legado de fuerza, eterno juramento.


ENTRE ESPIGAS 
El sol desnuda su cintura de trigo,  
un río de miel fluye entre sus dedos.  
La noche muerde su ombligo profundo,  
y el fuego, lento, devora sus credos.  

Tus pétalos abiertos, cáliz de sombra,
me invitan al centro de tu misterio.
Bajo la luna, tu humedad me nombra,
un jardín nocturno, mi único imperio

Sus piernas son surcos donde el tiempo arde,  
la luna bebe el néctar de su huella.  
Eco de gemidos en el monte agreste:  
la tierra tiembla, y ella… ya no es ella.  


GEOGRAFIA
Su boca es un mapa de frutos prohibidos,  
la humedad del río en cada poro.  
El viento desata su falda de mitos,  
y el verano quema lo que el tacto ignoro.  


Tus pétalos de fuego, carmesí intenso,
se abren al tacto con ansia viva.
Cada roce enciende un temblor inmenso,
una danza roja que el alma aviva

Náufrago en sus curvas, navego su abismo:  
entre musgo y lava, nace un dios nuevo.  
La piel es un himno, el sexo un cultivo:  
semilla que estalla bajo el cielo ciego.  


CIELOS
La mujer deshoja memorias al río,  
cada lágrima es savia, cada risa, un árbol.  
En sus huesos guarda el canto del frío,  
y en sus ojos, el vuelo de un pájaro.  

Tus derrames de luna, plata líquida,
resbalan por tus formas ondulantes.
Su cuerpo bebe luz prohibida,
en las curvas suaves, ansias errantes

No teme a la noche ni al invierno hostil:  su alma es raíz que perfora la muerte.  
El tiempo se inclina ante su perfil,  
y el universo entero late en su suerte.  


TIERRA
La bruja teje lunas en su telar,  
cada hilo es un sueño, cada nudo, un alma.  
El verano estalla en su vientre solar,  
y el mundo renace bajo su palabra.  

Tu savia secreta, promesa dulce,
se derrama lenta, temblor de tierra.
la fuente escondida que la sed libera.

No hay fin ni principio en su danza eterna:  es flor que se abre, es rayo que parte. La mujer no muere… solo se interna en el corazón verde de la tierra.  


HOJAS
Tu piel de hojas, áspera y dulce,
guarda el secreto de la tierra ardiente.
Mis dedos recorren tus pencas suaves,
buscando el néctar que la noche vierte.

Tus curvas, paisaje de sombra y sol,
donde mi lengua sedienta se pierde.
El viento gime entre tus valles hondos,
y mi deseo, manzanas fermentadas que muerde. 


RIOS
Tu cuerpo, río de obsidiana oscura,
refleja la luna con brillo helado.
Me sumerjo en tus aguas silenciosas,
buscando el calor que tu fondo ha guardado.

Pétalos abiertos bajo el silencio,
ofrecen la perla de su secreto.
En este derrame, mi anhelo inmenso,
encuentra el sabor de lo completo...

Tus labios, cantos de piedra mojada,
abren la gruta de un deseo antiguo.
Mi piel resbala por tu cauce frío,
hasta encontrar la lava de tu estío.


FLORESTA
Tu aroma a mezquite, roble o sauce fuerte y salvaje, susuros...
embriaga mis sentidos en la noche clara de luna que observa

Mis pétalos de sombra se entreabren,
invitando a la abeja que mi almavara.
El polen dorado de tu secreto
tiñe mis dedos con ansia fecunda.
Bajo el cielo estrellado, mi savia
es la promesa de una tierra profunda

El néctar se derrama, lava caliente,
quemando la espera, la vieja calma.
En el centro ardiente de tu presente,
mi deseo encuentra la furia del alma.

Dama verde, fruto, flor, raíz.



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