SANTA CATALINA DE SIENNA

En el turbulento siglo XIV, Europa se desgarraba entre pestes, guerras y una Iglesia dividida. En medio del caos, una joven analfabeta de Siena, Italia, se levantaría como faro de santidad. Catalina Benincasa, la hija número 24 de un humilde tintorero, no solo alcanzaría la gloria de los altares, sino que cambiaría el curso de la historia con su audacia, sus visiones y su amor incandescente por Cristo.  

Nació el 25 de marzo de 1347, fiesta de la Anunciación. A los 6 años, mientras caminaba por las calles de Siena, tuvo una visión: Cristo, vestido como Papa, la bendecía desde el cielo. Desde entonces, rechazó juegos infantiles y prometió virginidad. A los 12 años, tras negarse a un matrimonio pactado, se cortó el cabello y se enclaustró en una celda improvisada en casa. Su familia, al principio furiosa, terminó rindiéndose ante su determinación.  

Su refugio, La pequeña Catalina pasaba horas en oración, dormía sobre tablas y solo comía pan y hierbas. A los 16 años, ingresó como terciaria dominica, vistiendo el hábito blanco y negro, pero sin abandonar su hogar. Su lema era: Mi celda será el mundo entero.  

En 1368, a los 21 años, vivió un momento culminante: Cristo se le apareció rodeado de santos y la desposó místicamente, entregándole un anillo invisible como símbolo de su unión. "Ahora eres mi esposa de verdad, fe y corazón", le dijo. Desde entonces, sus éxtasis eran frecuentes.  

En 1375, durante una visita a Pisa, recibió los estigmas de la Pasión. Las llagas, sin embargo, eran invisibles: "Señor, que nadie vea mis heridas, solo Tú", había suplicado. Para Catalina, el dolor era un camino de amor: *

"La cruz es el yugo suave que une el alma a Dios". 

Catalina no fue una mística enclaustrada. Con voz firme y cartas apasionadas, intervino en la política de su tiempo:  

Pacificadora: Medió entre ciudades italianas en guerra, como Florencia y los Estados Pontificios.  

La Misión en Aviñón: En 1376, viajó a Francia para suplicar al Papa Gregorio XI que regresara a Roma, acabando con 68 años de "Cautiverio de Aviñón". *

"Sed valiente, Padre Santo, no temáis a los lobos que os rodean", le escribió. El Papa, conmovido, obedeció.  

Contra el Cisma de Occidente: Tras la muerte de Gregorio XI (1378), defendió al legítimo Papa Urbano VI frente al antipapa Clemente VII. Sus cartas a reyes y cardenales clamaban: "La Iglesia es una sola esposa, ¡no la dividáis!".  

Aunque analfabeta, dictó obras profundas movida por la inspiración divina. Su libro "El Diálogo de la Divina Providencia" es un coloquio entre el alma y Dios, comparado con los escritos de San Agustín. En él, describe la Iglesia como un "jardín floreciente que necesita poda"* y exhorta: "Si sois lo que debéis ser, incendiaréis el mundo"*

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Sus cartas: Más de 380 sobreviven, dirigidas a papas, reinas y pecadores. A un condenado a muerte le escribió: *

"Corre al banquete de la Sangre de Cristo, donde encontrarás perdón".  

Catalina vivió el mandato de Cristo: "Tuve hambre y me disteis de comer". Durante la peste de 1374, cuidó enfermos en Siena, incluso bebiendo el agua que lavaba sus llagas. Fundó un monasterio en Belcaro y reunió un grupo de discípulos, los "caterinati", a quienes enseñaba: *"El amor no pregunta qué debe hacer, ¡ya lo sabe!"*

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**Su secreto:** La Eucaristía. Recibía la comunión casi a diario, algo revolucionario para la época. *"En la Hostia está toda la Trinidad"*, decía.  

Agotada por ayunos y trabajos, Catalina murió en Roma el 29 de abril de 1380, a los 33 años. Sus últimas palabras fueron un gemido: ¡Sangre, sangre!...". Fue enterrada en la basílica de Santa Maria sopra Minerva, pero su cabeza —conservada incorrupta— regresó a Siena.  

Legado:

Doctora de la Iglesia: Proclamada en 1970 por Pablo VI.  

Patrona de Europa: Junto a San Benito, custodia espiritual del continente.  

Reliquias: Su cuerpo en Roma, su corazón en Siena (símbolo de amor).  

Catalina de Siena nos recuerda que la santidad no es huir del mundo, sino transformarlo desde el amor. En tiempos de crisis, su voz resuena: *

"¡No temáis! Cristo es el puente entre el cielo y la tierra".