CANCION DEL MANSO PASTORZUELO

Ella alzaba el martillo

y lo dejaba caer una vez y otra vez sobre mi frente

luego abría las piernas

y yo volvía a entrar en un mundo cercano a la esperanza.

Decía las manzanas la luz el precipicio

y dejaba mi cuerpo enlodarse en la pendiente.

Mentira tras mentira

levantamos la casa y acunamos al hijo

soñamos un futuro que supimos incierto.

Yo cortaba la leña

y encendía la hoguera que meo consumiría

yo le decía amor

y esperaba anhelante la primera patada

o el beso más certero.

Oteaba la llanura desde lo alto

veía con envidia a las ovejas descarriarse

y regresaba manso al calor de su falda.

Lloré todas las noches

un llanto recalentado y torpe

y así la vi partir

sin voltearse a mirar el humo de la choza.


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