San Tito nació en Antioquía, Siria, en el siglo I. Era un gentil, es decir, no era judío. Se cree que su familia era de origen griego. Aunque no se sabe mucho sobre su infancia y juventud, se cree que Tito se convirtió al cristianismo gracias a la predicación de San Pablo Apóstol.
Tito se unió a San Pablo en su tercer viaje misionero, alrededor del año 50 d.C. En ese momento, Pablo estaba predicando en Antioquía y Tito se sintió atraído por su mensaje. Pablo vio en Tito un joven con un gran potencial y lo tomó bajo su tutela.
Tito se convirtió en un compañero cercano y valioso de San Pablo. Juntos, viajaron por Asia Menor y Grecia, predicando el Evangelio y estableciendo iglesias. Tito demostró ser un líder natural y un comunicador efectivo, y Pablo lo envió en varias ocasiones a representarlo en diferentes iglesias.
San Pablo envió a Tito a la isla de Creta para establecer y organizar la iglesia allí. Según la tradición, Tito se convirtió en el primer obispo de Creta. En Creta, Tito enfrentó desafíos significativos, incluyendo la oposición de los judíos y la presencia de falsos maestros. Sin embargo, demostró ser un líder valiente y efectivo, y la iglesia en Creta floreció bajo su liderazgo.
San Pablo le escribió una carta a Tito, que se encuentra en el Nuevo Testamento. En esta carta, Pablo le da instrucciones a Tito sobre cómo liderar la iglesia en Creta y cómo tratar con los falsos maestros. La carta a Tito es una fuente valiosa de información sobre la iglesia primitiva y el liderazgo en la iglesia.
San Tito es recordado como un discípulo fiel y un líder valiente en la iglesia primitiva. Su legado continúa inspirando a los creyentes hoy en día. La iglesia en Creta, que él estableció, sigue siendo una comunidad vibrante y activa.
Lo
La festividad de San Tito se celebra el 26 de enero, junto con la de San Timoteo. En este día, los creyentes en todo el mundo recuerdan la vida y el legado de estos dos grandes líderes de la iglesia primitiva.
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