HUIDA

Vos tomáis este viaje
por guardar el homenaje
que hecisteis al linaje
de la gente pecadora,
y llora;
callad, mi Señor, agora.

Con su Hijo va huyendo,
ya cansado, ya temiendo,
ya temblando, ya corriendo
tras la fe, su guiadora,
y llora;
callad, mi Señor, agora.

Llora el Niño del hostigo,
del agua y del desabrigo
con la Madre, que es testigo,
nuestra luz alumbradora,
y llora;
callad, mi Señor, agora.

¡Oh cuáles van caminando,
temiendo y atrás mirando
si los iba ya alcanzando
la gente perseguidora!,
y llora;
callad, mi Señor, agora.

A la virgen sin mancilla
la verde palma se humilla,
en señal de maravilla,
que es del cielo emperadora,
y llora;
callad, mi Señor, agora.

Estando el Niño en sus brazos,
fajadillo de retazos,
se hicieron mil pedazos
los ídolos a deshora,
y llora;
callad, mi Señor, agora.

Fin

¡Oh si supieses, Egito,
cuánto ya eres bendìto
por el tesoro infinito
que hoy en ti se tesora!
Y llora;
callad, mi Señor, agora.

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